El chileno Pablo Larraín, responsable de la estupenda No y de la magistral El club (que analicé en su momento aquí), entre otras, sorprende con otro giro temático pero manteniendo sus constantes estilísticas en Ema. No te dejes engañar por el tráiler, no es (sólo) una versión seria de películas tipo Pitch Perfect, sino la pequeña historia de una ruptura veteada de momentos hipnóticos donde danza, música y color se entremezclan con un gusto exquisito y donde cada plano sorprende más que el anterior. Trae recuerdos del Noé subyugante de Clímax y del reposo contemplativo del Malick de Vida oculta.
Drama