Me niego a creer que he visto la misma película que tantísimo premio ha cosechado en esta temporada que acaba en España. La ópera prima de Pilar Palomero está llena de frescura gracias al trabajo de cásting que tantas alabanzas ha recibido y a un estilo improvisado que huye de la planificación sobrecargada para llegar a la esencia. Todo esto es maravilloso, pero, ¿de qué sirve, cuando el guión es prácticamente testimonial? La película describe una situación, más que narrar una historia, que trae demasiados déjà vu y se olvida en menos de los cien minutos de rigor que dura.
Drama