Después de Parásitos, el listón de Cannes estaba alto. Titane recoge el testigo como ganadora de este año (tras el parón de 2020) y, quizá por las expectativas, el resultado no me parece memorable. Lo mejor es su originalidad buscada a través de la mezcla imposible de géneros y la influencia manifiesta del más retorcido Cronenberg, pero no termino de entender las decisiones que toma su protagonista en una huida hacia adelante a la que no le veo demasiada motivación. No obstante, la observo con interés esperando su desenlace y golpeado en ciertos momentos por la violencia de sus imágenes.
Terror