El estilo de Éric Rohmer ha permeado en el cine de muchos autores contemporáneos que, con mayor o peor fortuna, camuflan una falta de presupuesto en la verborrea o simplemente prefieren servirse de la palabra como vehículo narrativo. Este último es el caso de Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, dignísimo film (en el sentido francés del término) escrito y dirigido por Emmanuel Mouret que disecciona, con la delicadeza de una novela del XIX, las veleidades y contradicciones del alma humana a través de cruces de personajes de aroma alleniano. Cine que deja poso e interpela al espectador.
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