Ryusuke Hamaguchi adapta un relato de Murakami en esta multipremiada y larguísima película de la que muchos han denostado la redundancia de ciertos planos que dilatan su duración. Aunque restándole media hora habría contado algo parecido, su calado habría sido infinitamente menor. La película transcurre queda por los maltrechos recovecos emocionales de sus dos protagonistas, cuyos destinos quedan abocados a una relación imposible que desata toda su presión contenida, sin abandonar nunca una desarmante austeridad, en su tramo final. Cine que se siente, no solo por su apartado visual, sino sobre todo por un despliegue narrativo que sacude el alma.
De autor
[…] ya pudimos comprobarlo en sus anteriores películas (mención especial al sorprendente Oscar a Drive my car), pero aquí parece querer llevar nuestra paciencia a nuevos límites con un ritmo moroso que […]