Gastón Duprat y Mariano Cohn, solo por El ciudadano ilustre, ya tienen el cielo ganado. En esta ocasión repiten con el gran Óscar Martínez para enfrentarse a Antonio Banderas en esta película casi conceptual, de fotografía rectilínea y repleta de momentos de mucho cinismo. Descolocando a quien esperaba complacencia por el plantel de caras conocidas (atención a Penélope Cruz en uno de sus mejores papales de los últimos años), Duprat y Cohn plantean un divertido ejercicio de puesta en abismo, que funciona en el conflicto por la mezcla imposible de tres maneras diametralmente opuestas de entender el arte del cine.
Comedia