Que Paul Schrader es uno de los mejores guionistas vivos es algo que pocos pondrán en entredicho. En El maestro jardinero volvemos una vez más a los personajes de pasado tortuoso en profundos arcos dramáticos y relaciones un tanto disfuncionales. Como ocurre casi siempre en las películas que ha dirigido, me sobrevuela la sensación de que este guion en manos de un Scorsese u otro director virtuoso habría alcanzado la maestría, aunque esta vez su solidez narrativa gana la partida a los tics de excentricidad formal. Probablemente, de las películas más interesantes que ha salido de la mente del maestro.
Drama