¿Realmente hacía falta rodar en IMAX una película en cuyas 3 horas solo hay una secuencia de 5 minutos que le saca todo el partido? Para Christopher Nolan la respuesta es un sí rotundo, aunque los intentos de imprimir espectáculo continuo a golpe de montaje casi videoclipero y música épica (pero mal repartida) no resulten muy fructíferos para su misión. Que no se me malinterprete, Oppenheimer entretiene, está rodada con maestría y Cillian Murphy hace un gran trabajo. El problema es que su clímax y trama atómicos me atrapan mucho más que el entramado político y que sobran algunas estridencias.
Drama