Aunque es de esas películas en las que se entran o no y su conflicto acaba diluyéndose en cierto ensimismamiento poético, Desconocidos hay que valorarla más por lo que hace sentir que por lo que se ve. En un juego que recuerda a Annie Hall, el protagonista de esta dramatizada feel-good movie vuelve presencialmente a sus recuerdos, esta vez en interacción directa para reconciliarse con ellos. Es una grandísima virtud por la ejecución de esta idea valiente, aunque lo mejor es la química entre dos de los mejores actores de esta generación y la cautivadora atmósfera que envuelve este filme.
Drama