Me gustan las películas que se transforman y dejan al espectador fuera de juego. En este caso, el bandazo pasa de lo que parecía una acomodaticia road movie a lo Thelma y Louise a un desbarre violento (en forma y fondo) con alucinógeno desenlace. En Sangre en los labios cabe todo, desde los momentos de poesía con cielos estrellados hasta los afanes de superación más tóxicos, pasando por el amor, el melodrama y el horror, lo que hace que sea casi imposible darle una clasificación genérica. La apuesta es arriesgada y es comprensible que no sea para todos los gustos.
Fantasía