Ford v Ferrari es el enésimo ejemplo de que acción no es violencia + montaje epiléptico. Cuando construyes personajes con calado (enormes Damon y Bale, pese a los tics típicos de este último) y estableces un sólido juego de relaciones entre ellos, la acción sale sola y se simplifica hasta ese «es como rodar un plano contraplano» que decía James Cameron con muchísima razón. Pero es que la película es además virtuosa en el montaje y firme en su narrativa, para una historia con los adornos chirriantes de rigor pero en la que resulta muy fácil engancharse hasta su doble final.
Acción
Muy bueno Pedro, muchas gracias.