Lo mejor que se puede decir de El agente invisible es que, con el disparatado presupuesto de esta butifarra (200 millones de dólares de nuestras suscripciones) se corre el riesgo de tomarla en serio. Y eso a su vez es lo peor, porque con un presupuesto exiguo nos habríamos reído de ella mucho más. Amasijo de cacofonías y situaciones que van escalando minuto a minuto en disparate, la película de los hermanos Russo busca atraparnos, pero consigue despertar la indignación más absoluta. Invierte tu tiempo (130 devastadores minutos) en ver la primera temporada de In my skin, me lo agradecerás.
Acción
[…] El agente invisible como culmen del despropósito en el que se ha enrocado el cine de acción a la hora de montar y […]
[…] (sin ser esto mérito de esta película), que El especialista no cae a los niveles abisales de El agente invisible. Sin dejar de ser puro ocio que no tardará en olvidarse, esta vez, al menos, algún que otro […]