El género de las ventanas indiscretas, desde que abriera la veda la obra maestra de Hitchcock, ha dado para grandes y no tan grandes largometrajes y algún que otro cortometraje del que parece haberse inspirado esta Watcher, la dignísima ópera prima de Chloe Okuno. Bromas aparte (por lo del cortometraje, supongo), la película de Okuno sabe bien jugar sus cartas y, sin subrayados, codifica un poderoso mensaje en clave de thriller psicológico, en in crescendo constante hasta un catártico final que remata sin cerrar, preguntando más que respondiendo. Sobra el hieratismo casi constante, que frena un ritmo potencialmente más ágil.
Suspense