François Ozon vivió un momento dulce en 2016 con esta Frantz, formidable drama que, sorprendentemente, pasó con más pena que gloria por festivales, pero que reivindicó al francés como uno de los cineastas más solventes de la actualidad. Su puesta en escena, combinando magistralmente el blanco y negro con el color, envuelve con lujo una historia sobre la mentira piadosa que sirve de anestesia tras un trauma lleno del luto y rencor que deja cualquier guerra. Cada sutil giro en su trama sorprende hasta casi su último fotograma, manteniendo vivo el interés pese a su ritmo pausado pero siempre con aplomo.
Drama