Aviso para los responsables de superproducciones: el look de realidad mixta ya cansa. Mucho. Entiendo que es más económico, pero da un toque de irrealidad que saca al espectador del conjunto y lo deja en un permanente valle inquietante. Eso, y toneladas de fan service, es la última de Indiana Jones. Lo mejor, la música de John Williams (que al igual que en las últimas de Star Wars se hace extrañísima entre tanta artificialidad) y el trabajo de rejuvenecimiento de Harrison Ford que, esta vez sí, resulta convincente. No resulta tanto, sin embargo, su increíble forma física, entre otras incongruencias.
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