Solvente director de algunas de las películas más interesantes de los últimos 15 años, Joe Wright se atreve con este thriller de fuerte aroma hitchcockiano que, demasiado pronto, acaba deviniendo en otro producto de consumo rápido de la factoría Netflix. Un reparto de lujo (agradezco la presencia de Amy Adams y un Gary Oldman pasadísimo de rosca, como cuando le dejan, para poner un poco de sal) y ciertas escenas que remiten directamente al maestro del suspense salvan, en mi opinión, esta película, pero no voy a ser yo quien intente rebatir tu opinión si te ha parecido una soberana porquería.
Suspense