Bob Odenkirk, el inolvidable Saul Goodman, produce esta película que empieza planteando una premisa interesantísima y que nos hace sospechar en una interpretación de la sueca Fuerza mayor. Pero no, era solo una excusa que la película olvida pronto cuando explota en mil pedazos (en todos los sentidos) para convertirse en un divertimento repleto de violencia y situaciones de un desequilibrio tan inverosímil que me saca para no volver a meterme. Se salva ese inicio prometedor y un Odenkirk que pone todo su buen hacer en este trasunto de John Wick para su lucimiento. Para pasar el rato, sin más.
Acción