Puñales por la espalda fue una película que gustó a quien esto suscribe. Ahora, el mismo Johnson y Netflix se alían para traernos una segunda parte inserta en la era pospandemia y con evidente voluntad de abrir franquicia, pero esta vez aburre más que deslumbra. Pese a un Edward Norton enorme como siempre, el elenco se apoya en cameos y guiños pero no desprende la química de la primera parte. El conflicto no resulta atractivo y los 139 minutos que dura se vuelven eternos, hasta un final que salva la película, pero sin evitar que caiga rápido en el olvido.
Suspense