El casi desconocido Jason Orley dirige para Amazon Studios una cosita aparentemente inocua y destinada a pasar sin pena ni gloria por nuestro televisor, pero que consigue el milagro de mantener el interés. La química de un elenco escogido con sumo cuidado (atención al excelente trabajo de Jenny Slate y de Scott Eastwood, el hijísimo de Clint) y la frescura de sus diálogos le hacen un gran favor a esta historia de amor, ese que subestimamos y (re)encontramos en los sitios más insospechados. Una trama sin duda trillada, pero que deja cierto regusto al cine clásico del que quedamos prendados.
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