Con una formidable fotografía en blanco y negro, Paola Cortellesi dirige, coescribe y protagoniza esta comedia de retranca, en un fresco de la posguerra de tintes neorrealistas y personajes que siempre aportan y sirven de contrapeso al drama y la comedia. Sorprende no solo por ciertas decisiones de puesta en escena (alguna más dudosa que otras), sino también por un desenlace que corre el riesgo de ser tomado como una trampa para el espectador. La película en su final camina por la cuerda floja y, creo, endulza un retrato que hasta ese momento brilla con la luz de los clásicos.
Comedia