El debut de Darius Marder no solo transmite verdad en cada mirada interrogativa de su protagonista, un enorme Riz Ahmed, sino que refleja la angustia de la hipoacusia como pocas veces antes se ha hecho. Huyendo del melodrama, la película sigue el camino de quien sufre un padecimiento inesperado y opta por no aceptarlo. Todo ello nos lleva a un desenlace que desgarra y a la vez nos lleva a una extraña «quietud», esa que le dicen que no había encontrado el personaje. Cine que hace pensar y experiencia inmersiva que ojalá algún día podamos vivir en la gran pantalla.
Drama