Cavestany es uno de los mejores cineastas españoles contemporáneos, un extraterrestre ajeno a cualquier norma del mainstream. Sin embargo, si Esa sensación o Gente en sitios daban lo mejor del director, apuestas más experimentales como Dispongo de barcos diluían el interés de una trama originalísima en situaciones vacías. Un efecto óptico se queda en esta línea. Tras un primer tercio desternillante, la película acaba como un carrusel de la nada más absoluta en el que Pepón Nieto y Carmen Machi hacen lo que pueden para salvarlo con algunos momentos cómicos (atención a la escalera del Joker) pero sin gran resultado.
De autor
Un a tomadura de pelo que parece solo ha gustado a los críticos profesionales, supongo que amiguetes del director, porque no tiene explicación leer ciertas cosas. Lo del inicio desternillante… biueno, si lo comparamos con el resto tal vez, pero creo que eres muuuuy generoso.