Carey Mulligan no solo pone presencia a uno de los personajes mejor dibujados de los últimos años en esta historia de venganza que es Una joven prometedora. La británica trae el recuerdo inevitable de la enorme Drive, cuyos ecos parecen resonar en ciertos momentos contemplativos de esta cinta. Sin embargo, el tono es diferente. Lo que comienza como «otra comedia americana» termina en un dramático cuadro donde la justicia poética del karma se muestra implacable. Sin embargo, chirrían demasiadas escenas entregadas más al efectismo que a la lógica (esa escena del coche, entre otras), alejando el conjunto de la genialidad.
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